Permíteme que te cuente un secreto…
Sí, un secreto de verdad. No se trata simplemente de una frase hecha.
Lo cierto es que mientras estoy escribiendo estas líneas, no sé si reir o llorar. Si te soy sincera, necesitaba poner en papel lo que siento.
Cuando empiezas desde 0 un proyecto digital de diseño web, con mucha ilusión y ningún recurso, cuando has sumado tantos años de esfuerzo y trabajo duro, tantas dificultades y momentos de alegría, es difícil ser objetiva.
Me encanta investigar nuevos proyectos digitales que emergen como “triunfadores” y que parecen ser ideas fabulosas, me anima a seguir adelante, pero generalmente se quedan en la superficie, y la mayor parte de veces, para comprender una idea, hay que rascar un poco más.
Hoy me gustaría contarte de primera mano, la historia que hay detrás, más allá de decir “que todo empezó en un garaje”.
Después de 10 años de trayectoria y casi 2 años de desarrollo, acabamos de lanzar inarquia.es.
Casi con toda seguridad para ti no signifique nada, lo entiendo perfectamente, pero para mí ha sido un camino lleno de piedras y nuevos retos día tras día. Lo saben bien las personas que me rodean, que si todavía están ahí, es porque de verdad me quieren.
Te podría contar mil historias sobre Inarquia, de cuando empezó hace 10 años como una simple web de contenidos informativos sobre Arquitectura Sostenible como consecuencia de una crisis, de la falta de “oportunidades” laborales como Arquitecta tradicional.
Te diría que nació, porque no podía hacer otra cosa, y porque tenía que salir aquello que me apasiona: la unión de arquitectura + sostenibilidad + digitalización.
Ahí empezó todo, sentía la necesidad de expresar y comunicar aquello que llevaba dentro, y sin embargo no tenía absolutamente NI IDEA de estrategia de marketing digital, SEO, diseño web, content marketing, copywriting, Google y Facebook ads, etc. Mucho menos de funnels de conversión, automatización, estrategias de growth hacking y otro gran etc.
CERO, sí, un cero gigante y gordo, esos eran mis conocimientos y mi experiencia en este campo. Y lo cierto es que a pesar de todo, no me impidió seguir adelante. Acababa de empezar, sin saberlo, un camino apasionante, y que a día de hoy me permitiría vivir de ello y disfrutar como una enana.
La cuestión es que cuando empecé Inarquia tampoco sabía lo que era un modelo de negocio ni para qué servía. Ignoraba que estudiar la competencia es vital o que los clientes son el cuore y la razón de ser de tu empresa. Además, era completamente ajena a la idea de que es posible vivir de tu pasión, aunque no sea algo sencillo.
Tuve que invertir lo poco que tenía para empezar y montar la web, y dedicar la mayor parte de mi tiempo a estudiar e investigar por qué carajo no funcionaba lo que en ese momento mimaba más que nada en este mundo. No tenía visitas, ninguna empresa se registraba y casi no me permitía tener ingresos. Y yo le estaba dedicando todo mi tiempo.
Inarquia empezó siendo una web de contenidos, pues era lo que mejor se me daba. Había estudiado Arquitectura y ejercido como tal, sabía cómo escribir un buen contenido, o por lo menos, eso pensaba en aquel momento. Pero otra vez me equivocaba.
Empecé a investigar cómo posicionar esos contenidos en la primera página de Google para que alguien entrara a mi página. Si sabes un poco del tema, no es precisamente un proceso rápido.
Así, el marketing de contenidos se convirtió en uno de los pilares esenciales del proyecto: trabajar muy bien la calidad y el SEO de cada uno de los contenidos, y especialmente, saber a quién dirigirlos y cuáles eran sus principales problemas.
Puedo decirte que a día de hoy Inarquia tiene un excelente posicionamiento orgánico SEO. Además, cuenta con unos más que aceptables 3.000 usuarios/día, aunque con la nueva plataforma y con un trabajo constante podremos doblar esta cifra 🤓.
Volviendo a la historia de Inarquia, la primera web avanzó a una segunda versión mejorada. En esta se empezaban a definir los pilares esenciales: ser un punto de encuentro para las empresas, profesionales y particulares que quieran vivir en espacios más saludables y sostenibles.
Si bien esta web permitió alcanzar una estabilidad, no era suficiente para lograr un proyecto tan apasionante y necesario hoy en día: fomentar la creación de espacios que respeten y cuiden a las personas y su entorno.
Por ello, hace algo más de dos años decidí que era hora de dar un cambio drástico: exprimir todo el potencial que podía ofrecer Inarquia.
Había estudiado mucho, todos los días, y cometido un millón de errores, no iba a cometer los mismos. Esto era algo que me aliviaba. Ya había perdido mucho tiempo experimentando, probando, y también mucho dinero: siempre me esforzaba en encontrar solución a cada problema que surgía. No siempre conseguía una solución a la primera, pero me di cuenta de que aquí estaba la clave: generar hipótesis, experimentar, probar y validar, sin desesperar.
Mi padre, al que quiero con todo mi corazón, me decía a menudo cuando era pequeña que hacía siempre demasiadas preguntas, que me lo replanteaba todo, hasta lo que había que creerse porque sí. Me decía esto y que no estudiara telecomunicaciones (su profesión), porque era incapaz de creerme algo sin saber de dónde venía. Lo cierto es que el espíritu de superación, mejora continua y la perseverancia me han ayudado mucho, y esto lo he aprendido en casa.
Retomando esta nueva versión de Inarquia, tenía que ser radicalmente diferente.
Era el momento de dar el poder a las empresas y profesionales, de ayudarles a encontrar un espacio pensado 100% para ellos en el que pudieran mostrar sus productos y proyectos, que les permitiera conseguir nuevos contactos y nuevas ventas. Algo imprescindible, dada la situación actual.
En lo más profundo, el “porqué” último y trascendental del proyecto, el cuidado y respeto de la naturaleza, donde nuestros edificios tengan el protagonismo que se merecen como una parte estratégica y decisiva, contribuyendo a mejorar la vida de las personas.
Esto es algo en lo que creo firmemente desde que empecé a diseñar y construir edificios. El bienestar de las personas y el planeta deben de estar por delante de cualquier objetivo económico, y el mundo de la construcción tiene que dar un giro radical y ofrecer respuesta a esta necesidad vital.
Mientras tanto, estos dos últimos años trabajando en el desarrollo de la nueva web han sido de todo menos fáciles. La empresa que contraté para el proyecto me dejó tirada. De 3 meses que iba a durar pasamos a 15 sin apenas avances relevantes… parecía que sí, pero era que no. Además, cuando una lleva un tiempo en el mundillo sabe perfectamente quién es bueno en su profesión y quién no. Y yo me había vuelto a equivocar.
Había proyectado todas mis ilusiones, dinero y tiempo (de nuevo) en la nueva Inarquia, y no tenía pinta de que fuera a salir bien en ese momento.
Sin embargo, siempre he tenido presente una imagen de mi hija Ágata: sus primeros pasos. Yo veía atónita cómo era capaz, con solo unos pocos meses, de caerse una y otra vez, solo para volver a levantarse. Esto lo he llevado muy dentro porque es algo que expresa la naturaleza del ser humano en su más pura esencia. Si mi hija tan pequeña puede caerse y levantarse todas las veces que hagan falta para conseguir lo que se propone… ¿Por qué no iba a poder yo?
Decidí buscar nuevos colaboradores y encontré a uno de mis ángeles de la guarda. Por fin iba a poder desarrollar el proyecto como quería. Sabía que significaba volver a empezar de cero de nuevo, volver a invertir muchas horas y más dinero…
No me importó. Nada ni nadie iba a destruir mi sueño. Y eso, de nuevo, lo tenía claro.
Ahora, después de más de 2 años de duro trabajo, Inarquia por fin ve la luz. Y lo mejor de todo es que soy consciente de que significa volver a empezar y encontrar nuevos retos que habrá que superar.
Hoy me siento feliz de haber llegado hasta aquí, de compartirlo contigo y de tener la misma ilusión que al inicio. Sólo puedo decir: Bienvenida Inarquia 🌍🧡